[Libro completo] La libertad de crítica es hoy, sin duda, la consigna más en boga, la que más se emplea en las discusiones entre socialistas y demócratas de todos los países. A primera vista es difícil imaginarse nada más extraño que esas alusiones solemnes a la libertad de crítica, hechas por una de las partes contendientes. ¿Es que en el seno de los partidos avanzados se han levantado voces en contra de la ley constitucional que garantiza la libertad de ciencia y de investigación científica en la mayoría de los países europeos? ¡Aquí pasa algo!, se dirá toda persona ajena a la cuestión que haya oído la consigna de moda, repetida en todas partes, pero que no haya profundizado aún en la esencia de las discrepancias. Esta consigna es, por lo visto, una de esas palabrejas convencionales que, como los apodos, son legalizadas por el uso y se convierten casi en nombres comunes.