Adolfo Sánchez Vázquez representa para nosotros mucho más que un nombre prestigioso en el ámbito de la filosofía o las ciencias sociales. La ética comunista que nos dejaran Sánchez Vázquez y Ernesto Guevara, hay que reivindicarla con nombre y apellido, con orgullo y con honor. Sin ella o prescindiendo de ella en nombre del realismo y del pragmatismo, difícilmente podremos enfrentarnos a nuestros enemigos de siempre. Para leer el texto hacer CLICK en la imagen: